Activos privados: la diversidad importa en las inversiones alternativas

Activos privados: la diversidad importa en las inversiones alternativas

La diversidad está mejorando en los activos privados, pero no tan rápido como sería deseable dada la creciente importancia de la diversidad cognitiva en la creación de valor y, por tanto, en la rentabilidad. Los nuevos trabajos de investigación están resaltando aún más este déficit.

El Beruf en la inversión

Hay dos clases de políticos. El lector puede buscar una forma original de completar esta máxima, pero permítanme que cite lo que Max Weber dijo al respecto. En un ensayo de 1919, Politik als Beruf (“La política como vocación”), Weber distinguió entre quienes se sentían llamados a la política por vocación y quienes la practicaban como profesión. Los primeros suelen moverse por principios y valores, algo con el poder de contagiar a otros, pero, en su debe, pueden no estar lo suficientemente organizados para aprovechar esa energía, o caer en un peligroso fanatismo en la búsqueda de su meta. Los segundos probablemente destaquen en la consecución de objetivos, pero quizá sea a costa de un escaso carisma o de un excesivo cinismo.

Weber se refirió a esta disyuntiva. “El problema es precisamente este: cómo se puede forzar a la pasión ardiente y al frío distanciamiento a que convivan en la misma alma. La política se hace con la cabeza, no con otras partes del cuerpo o del alma. Y sin embargo, la entrega a la política, si no quiere ser un frívolo juego intelectual sino una acción auténticamente humana, sólo puede nacer y alimentarse de la pasión.”1

Un reto semejante se nos plantea a la hora de gestionar inversiones. Los mejores gestores de fondos deben ser visionarios, incluso rupturistas: capaces no solo de reconocer oportunidades y tendencias antes que nadie, sino además de comunicarlo de forma convincente. Y a ello deben sumar un rigor analítico que les permita gestionar el riesgo apropiadamente.

Que una misma persona domine ambas competencias es cada vez más infrecuente. Por suerte, el énfasis del sector de la inversión se ha desplazado en gran medida más allá de las personalidades carismáticas, buscando ahora la respuesta a dicho reto combinando conocimientos y experiencia dentro de un equipo. La estrella ha pasado a ser el equipo, no sus miembros individualmente considerados.

No puede decirse que esto sea algo nuevo, pero la importancia de cultivar dicha gama de aptitudes dentro de equipos de inversión es especialmente acusada en el actual entorno de mercado – y aún más en los activos privados. Como propietarios de activos, y no simples rentistas, los inversores en activos privados necesitan ver el futuro y hacer que suceda. Ambos requisitos se están volviendo más difíciles. En medio del rápido cambio tecnológico y de una geopolítica volátil, se requiere un afilado olfato inversor para detectar qué activos están blindados frente a las vicisitudes del futuro y pueden mostrar un desempeño resiliente. Y dado el endurecimiento de las condiciones financieras y el limitado margen de expansión de los múltiplos sin una causa subyacente que lo justifique, los inversores necesitan producir mejoras operativas para generar rentabilidades. Sí o sí, esto implica visión vocacional y pragmatismo profesional.

La diversidad cognitiva no puede ser un mero accesorio en la construcción de equipos de inversión, sino que forma parte integral de ella.
— Elif Aktuğ, Socio gestor del Grupo Pictet

Diversidad frente a la adversidad

Este contexto es lo que explica que la diversidad cognitiva no pueda ser un mero accesorio en la construcción de equipos de inversión, sino que forma parte integral de ella. Diferentes perfiles sociodemográficos conducen a diferentes visiones, que son esenciales para encontrar las perspectivas necesarias para elegir los activos apropiados y gestionarlos innovadoramente, materializando todo su potencial.

En este sentido, el reciente informe de McKinsey sobre el estado de la diversidad en los mercados privados2 arroja un panorama simultáneamente alentador y decepcionante. Alentador porque se están realizando progresos, pero decepcionante porque estos no son aún lo suficientemente rápidos y generalizados.

En el lado positivo, la igualdad por sexo es casi completa en los niveles de entrada al sector, con un 48% de esas posiciones en private equity a escala global ocupadas por mujeres a finales de 2022. La consultora extrapola que la igualdad por sexo en los niveles de analista y de asociado podría alcanzarse de aquí a 10 años.

Sin embargo, en los niveles sénior, las cifras son más problemáticas: solo el 20% de los cargos de director ejecutivo de private equity están ocupados por mujeres, y el hombre tiene 2,75 veces más probabilidades de ascender al puesto de principal (un peldaño por debajo de director ejecutivo) que la mujer. McKinsey advierte de que, al ritmo actual, tendrían que pasar más de 60 años para lograr la paridad entre hombres y mujeres en los cargos de inversión de private equity al nivel de director ejecutivo. Parecida falta de diversidad afecta al sector de private equity en lo que respecta a razas y etnias, según el estudio.

Un dato interesante es que, al entrar en el sector, las mujeres muestran más probabilidades de hacerlo a través de puestos no de inversión, con un 59% de los contratos firmados, frente a solo un 33% de los contratos en puestos de inversión. Y esto a pesar de la acumulación de argumentos que demuestran que la diversidad mejora la rentabilidad en las inversiones. El año pasado, por ejemplo, el British Journal of Management publicó un estudio de 241 buyouts de private equity a nivel global para las que los autores de la investigación disponían de información demográfica completa sobre los 547 socios de private equity que gestionaron dichas operaciones3.

Hallaron que una diversidad sociodemográfica (medida por sexo, edad o etnia) superior a la media en los equipos de socios estuvo ligada a un aumento de 4,6 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento anual compuesto anormal del valor de empresa objetivo desde la inversión inicial hasta la desinversión (una metodología diseñada para evitar el sesgo en los resultados debido al apalancamiento). Estas ventajas fueron especialmente acusadas en los buyouts complejos y en entornos operativos inciertos, precisaron los investigadores.

La estrella ha pasado a ser el equipo, no sus miembros individualmente considerados.
— Elif Aktuğ, Socio gestor del grupo Pictet

Proyecto inspirado por la pasión

Patrones similares se han observado en otros tipos de activos privados. Un artículo publicado este año a partir de una muestra de 179 fondos inmobiliarios documentó que aquellos con un liderazgo diverso en materia de género presentaban perfiles de riesgo más bajos4. Existe evidencia más amplia del efecto positivo de la diversidad en la rentabilidad de los hedge funds, como un artículo del Review of Financial Studies el mes pasado que mostró que los equipos de hedge funds heterogéneos (por sexo, raza y formación académica) superan en rendimiento a los equipos homogéneos una vez ajustado por riesgo y características del fondo, algo que los académicos atribuyen a la capacidad de capturar más anomalías en títulos, evitar sesgos conductuales y minimizar los riesgos bajistas para generar rentabilidades persistentes5.

“Así, la fuerza de una personalidad política reside, en primer lugar, en la posesión de las cualidades de pasión, sentido de la responsabilidad y distanciamiento”, escribió Weber. No nos vendría mal a quienes nos dedicamos a los activos privados poseer esas cualidades: pasión para buscar oportunidades transformadoras y únicas, sentido de la responsabilidad para gestionar los riesgos por cuenta de los inversores, y distanciamiento para aislarnos del ruido a corto plazo – aunque es poco común que una misma persona atesore todas ellas. Debemos permanecer comprometidos con la construcción de equipos diversos que reflejen estos ideales. A medida que los mercados privados afrontan un entorno operativo mucho más complejo, en el que uno no puede depender del apalancamiento barato ni de la expansión de los múltiplos, la diversidad cognitiva será el factor que probablemente separará a los triunfadores, a través de la creación de valor operativo, de los que solo aspiren a sobrevivir.

1 H.H. Gerth y C. Wright Mills (traducido y editado), From Max Weber: Essays in Sociology, págs. 77­128, Nueva York: Oxford University Press, 1946.
2 McKinsey, “The state of diversity in global private markets: 2023”, Agosto 2023,
https://www.mckinsey.com/industries/private-equity-and-principal-investors/our-insights/the-state-of-diversity-in-global-private-markets-2023
3 Hammer, B., Pettkus, S., Schweizer, D. y Wünsche, N. (2022) The More the Merrier? Diversity and Private Equity Performance. British Journal of Management, 33: 231-265.
https://doi.org/10.1111/1467-8551.12456
4 Devine, A., Jolin, I., Kok, N. and Yönder, E. (2023) How Gender Diversity Shapes Cities: Evidence from Risk Management Decisions in REITs.
http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4531581
5 Lu, Y., Naik, N. y Teo, M. (2023) Diverse Hedge Funds. The Review of Financial Studies.
https://doi.org/10.1093/rfs/hhad064
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